La vitamina D representa un papel importante en el mantenimiento de órganos y sistemas a través de múltiples funciones como la regulación de los niveles de calcio y fósforo en la sangre, promoviendo la absorción intestinal de los mismos a partir de los alimentos y la reabsorción de calcio a nivel renal y de regular el paso de éste a los huesos.
La vitamina D es un factor determinante en la formación y el mantenimiento de huesos y dientes, también influye la absorción y utilización del calcio y el fósforo. Por lo cual es muy importante que conozcas la cantidad de vitamina (en unidades internacionales UI) que tu bebé necesita.
Si tu bebé no recibe suficiente vitamina D puede correr el riesgo de contraer raquitismo, una enfermedad que afecta el crecimiento y desarrollo de los huesos.
La leche materna ofrece la mejor nutrición para tu bebé; sin embargo, el contenido de vitamina D promedio de la leche materna es bajo (<25 a 78 UI [Unidad Internacional] /L)*, y probablemente no sea suficiente para satisfacer las necesidades de tu bebé. Por lo que tendrás que buscar alimentos ricos en esta vitamina o tomar un suplemento según la supervisión y recomendación médica.
Recuerda visitar a su pediatra para que sea él quien te pueda decir qué alimentos son los indicados para la dieta de tu pequeño o si puedes incluir en su alimentación alguna fórmula que contenga esta vitamina sin que cause alguna reacción adversa a la esperada. Siempre será la mejor opción el ajustar tu estilo de vida con una recomendación profesional.
* Rango de los niveles de vitamina D en la leche materna, basado en mujeres en período de lactancia a las que se les administra un complemento diario de 400 UI de vitamina D.
No todos los alimentos son una buena fuente de vitamina D, muy pocos alimentos la contienen de manera natural, y no queremos que tu pequeño presente un déficit de vitamina. Aquí te enlistamos algunos alimentos fortificados en vitamina D, algunos de origen animal:
La vitamina D también es conocida como “vitamina del sol” porque el cuerpo puede sintetizar de manera natural la vitamina D después de que ha sido expuesto a la luz solar. Dependiendo del lugar en que viva, se recomiendan diez minutos de luz solar de tres a cuatro veces por semana y con las debidas precauciones pueden ser suficientes para ayudar a que su cuerpo sintetice la vitamina D que necesita.
Exponerse a los rayos solares también necesita de algunos cuidados especiales. Recuerda que antes de exponer a tu bebé al sol o a algún cambio siempre debes consultar a tu médico, ya que será él quien te pueda indicar, dependiendo de las necesidades particulares de tu pequeño, qué es lo que más le conviene.
Consulta a tu médico.
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