Los síntomas que presenta la APLV se catalogan como “inespecíficos”, es decir, que pueden pertenecer a una amplia cantidad de enfermedades. El escurrimiento nasal, la urticaria o las molestias gastrointestinales pueden indicar padecimientos distintos a la APLV, por lo que tus sospechas deben ser confirmadas médicamente.
Cuando acudas al médico, éste te preguntará todo lo relacionado con los síntomas de tu pequeño. Por ello, es importante que le informes sobre la variedad e intensidad de sus molestias y le digas todo sobre sus hábitos alimenticios. Apóyate con el Diario de Síntomas que te proporcionamos en nuestra página.
Si el médico considera que lo que le informas podría indicar una alergia, llevará a cabo diferentes pruebas.
1.- Pruebas cutáneas. Consisten en colocar sobre una pequeña zona de la piel de tu bebé una muestra de la sustancia que se cree que provoca la alergia para ver si la piel presenta reacciones. Son las más sencillas y rápidas de realizar, pero a veces no son suficientes, por lo que se pueden realizar otras pruebas.
2.- Análisis de sangre. Este análisis se realiza después de darle a tu pequeño un poco de leche de vaca. Se mide la cantidad de anticuerpos presentes en la sangre, ya que una alergia es precisamente una reacción del sistema inmunitario. Si los anticuerpos se elevan después de estar en contacto con una sustancia en particular, hay razones para pensar que dicha sustancia provoca alergia.
3.- Prueba de provocación alimentaria. Se realiza después de un tiempo de llevar una dieta de eliminación. Se le proporciona al bebé una pequeña cantidad de proteína de leche de vaca para observar si las reacciones alérgicas regresan. Esto confirma que es la leche de vaca la causante de sus síntomas.
Dependiendo del caso de tu pequeño, el médico puede indicar una o todas de las anteriores pruebas para verificar, sin lugar a dudas, que se trata de un caso de Alergia a la Proteína de la Leche de Vaca. Sigue todas sus indicaciones al pie de la letra y muy pronto tu pequeño se sentirá mejor.
Y no pierdas el ánimo. Con el tratamiento adecuado, la APLV se puede superar más rápido. Pregunta a a tu médico por las opciones existentes.
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